Muchas veces el proyecto de vida de los niños que habitan en zonas
rurales se ve marcado fuertemente por la exclusión social de la cual
participamos todos, y de ese sueño que cada uno de estos niños tiene por llegar
a la capital, en este caso la capital colombiana Bogotá, y así poder tal vez
concluir sus sueños. Sien embargo existe una fuerte brecha que hace que no sea
tan fácil llegar a la capital y que se garantice el cumplimiento de sus metas.
Existen factores principales que desvían de alguna manera las ganas de salir
adelante por parte de esos niños, así como el dinero, la experiencia, la educación,
la familia y el acervo cultural. No se puede negar entonces que los procesos
educativos desarrollados por los niños de zonas rurales son menospreciados,
menos rigurosos para el panorama educativo nacional. Esta situación amplia aún más
esa brecha existente entre educación urbana y rural, haciendo que esta última
se someta a estigmas no coherentes con la realidad que construyen, campesinos, indígenas,
afrodescendientes, maestros y estudiantes en las zonas rurales.

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